Una polea, es una máquina simple que sirve para transmitir
una fuerza. Se trata de una rueda, generalmente maciza y acanalada en su borde,
que, con el curso de una cuerda o cable que se hace pasar por el canal
("garganta"), se usa como elemento de transmisión para cambiar la
dirección del movimiento en máquinas y mecanismos. Además, formando conjuntos
—aparejos o polipastos— sirve para reducir la magnitud de la fuerza necesaria
para mover un peso.
Las poleas son ruedas que tienen el perímetro exterior diseñado
especialmente para facilitar el contacto con cuerdas o correas.
Las poleas empleadas para tracción y elevación de cargas
tienen el perímetro acanalado en forma de semicírculo (para alojar cuerdas),
mientras que las empleadas para la transmisión de movimientos entre ejes suelen
tenerlo trapezoidal o plano (en automoción también se emplean correas estriadas
y dentadas)
CARACTERISTICAS:
El cuerpo es el
elemento que une el cubo con la garganta. En algunos tipos de poleas está
formado por radios o aspas para reducir peso y facilitar la ventilación de las
máquinas en las que se instalan.
El cubo es la parte
central que comprende el agujero, permite aumentar el grosor de la polea para
aumentar su estabilidad sobre el eje. Suele incluir un chavetero que facilita
la unión de la polea con el eje o árbol (para que ambos giren solidarios).
La garganta (o canal) es la parte que entra en contacto con
la cuerda o la correa y está especialmente diseñada para conseguir el mayor
agarre posible. La parte más profunda recibe el nombre de llanta. Puede adoptar
distintas formas (plana, semicircular, triangular...) pero la más empleada hoy
día es la trapezoidal.
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